Argentina tiene históricamente un buen estándar de calidad de leche, aún sabiendo que es uno de los sectores productivos más relegados y con crisis más largas. Pero el verano es para las vacas lecheras una época compleja, y por estos días comienzan a extremarse los cuidados para evitar el estrés calórico.
Sobre eso dialogó con Palabra de Campo -por Radio 10- el médico veterinario Marcelo Zysman, que explicó que investigadores argentinos de la Universidad Nacional del Litoral demostraron que las vacas lecheras adultas pueden aumentar hasta 15% su producción si se las refrigera.
No significa instalar un aire acondicionado en el tambo. No, y menos en una actividad que vuelve a hablar de rentabilidad negativa. Se trata de un estudio que muestra cómo se pueden hacer cortinas de agua como si fuesen mangueras tirando hacia el techo. Esto quita el calor condensado del sector de ordeñe, de guarda o reposo.
La vaca se siente así mucho más cómoda, explicó, sin exponerse a estrés calórico, y puede aumentar hasta dos o tres litros por ordeñe su producción, además de la calidad. A la vez, no significa desperdicio de agua porque se la usa para producir más y vuelve a la tierra, renovando el ciclo.