
La última medición del Ag Barometer Austral, el índice que elabora el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, arrojó una nueva señal de alarma: la confianza del agro argentino cayó un 5% entre mayo y junio de 2025, pasando de 137 a 130 puntos. Este retroceso consolida una tendencia descendente que refleja la creciente preocupación de los productores frente a un escenario cargado de incertidumbre económica, política y comercial.
Uno de los datos más relevantes del informe es la caída en las Expectativas de Inversión, que siguen en terreno negativo desde noviembre de 2024, cuando el índice marcaba 111 puntos. Desde entonces, el deterioro acumulado alcanza un 32,5%, y en esta última edición, un 63% de los productores consideró que no es un buen momento para invertir, superando el 59% registrado en marzo.
Pese a que marzo suele mostrar una mejora puntual en los indicadores, impulsada por ExpoAgro y los planes comerciales agresivos de entidades financieras y empresas de maquinaria agrícola, el informe destaca que los productores siguen mostrando extrema cautela a la hora de destinar recursos a activos fijos. La incertidumbre estructural y la volatilidad de las variables económicas los empujan a postergar decisiones clave.
Las Expectativas Futuras presentan un panorama dispar: si bien hubo una mejora en la percepción sobre la situación financiera personal de los productores (el subíndice subió de 156 a 161 puntos, +3,2%), el pesimismo se acentuó fuertemente en la mirada sobre el futuro del sector en general. El índice que mide la percepción del agro a 12 meses cayó de 132 a 107 puntos, una baja del 19%, la más pronunciada entre todos los indicadores relevados.
Otro de los aspectos evaluados fueron los comportamientos frente a la baja temporaria de retenciones, que tuvo vigencia hasta el 30 de junio. En las primeras semanas del relevamiento, sólo el 28% de los productores había concretado ventas, mientras que un 68% afirmó que aguardaba las condiciones del mercado y el contexto financiero para tomar decisiones. Con el correr de las semanas, ese número fue creciendo, y hacia fines de junio alrededor del 30% de los productores había acelerado sus ventas, anticipando el fin del beneficio impositivo.
Por otra parte, el estudio señala que el precio del trigo no fue determinante en la decisión de siembra del cereal este año, y que el 71% de los productores consideró que los valores de los arrendamientos se mantienen similares a los de la campaña anterior.