El pasado viernes, el Presidente Alberto Fernández encabezó un acto en la planta de Ford en Pacheco donde promulgaba la nueva Ley de Promoción de Inversiones en la Industria Automotriz - Autopartista y su Cadena de Valor. Días más tarde, más precisamente el lunes, esta iniciativa fue publicada en el Boletín Oficial mediante el Decreto 645/2022. La norma establece un conjunto de incentivos a los nuevos proyectos de inversión que aseguren mayor producción, exportaciones y empleo en las terminales y empresas autopartistas, de manera de agregar valor a partir de procesos industriales.
Le columna de Ariel Berra en Agrolink Radio
Se trata de una iniciativa que le permite a las multinacionales, sobre todo, pelear con mejores herramientas la radicación de inversiones en un sector que lidera la actividad industrial en el país, pero que a la vez atraviesa un presente condicionado por la restricción a las importaciones. Y hacia adelante, hoy tiene una única inversión nueva confirmada en el Boletín Oficial.
La norma fue sancionada el pasado 1 de septiembre por el Senado de manera unánime y dispone de beneficios fiscales como la exención del derecho a la exportación hasta el 31 de diciembre de 2031, además de declarar "sector estratégico" a la producción autopartista. Tanto en las automotrices como en el gremio Smata que las representa mayoritariamente festejaron.
La principal ventaja pasa por la devolución anticipada del IVA a las inversiones. En la industria automotriz, los proyectos de nuevos modelos suelen generar cifras multimillonarias. Dos ejemplos recientes: la Chevrolet Tracker, que ya está comenzando a ser producida en Rosario, demandó una inversión directa de u$s 300 millones. Y la nueva Ford Ranger, que será lanzada el año próximo en General Pacheco, implica una inversión de u$s 580 millones.
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Una parte importante de ese monto es en maquinaria y bienes de capital, que las empresas adquieren pagando IVA. En teoría, podrían recuperar ese crédito fiscal a medida que luego venden su producción. Pero las automotrices argentinos exportan casi 70% de lo que se produce, y la exportación es sin IVA.
De modo que se termina generando un “stock” de créditos fiscales que nunca se termina de desagotar, destacó Clarín. Actualmente, según estiman en las automotrices, esa masa de créditos ronda los 32.000 millones de pesos, a recobrar en un plazo de hasta seis años. Es parte de lo que se suele denominar el “costo argentino”
Además, la ley también introduce una amortización acelerada en el Impuesto a las Ganancias para los bienes muebles y para obras de infraestructura, y derechos de exportación del 0% hasta 2031 para los bienes producidos en el marco de dichos proyectos.
Hacia adelante, la nueva ley permite la devolución del IVA a tres años, en vez de seis, para los nuevos proyectos que no sólo son para las automotrices, sino también para autopartistas e integrantes de la “cadena de valor” automotriz. Otro beneficio fiscal es la amortización de cinco a tres años para los bienes de capital.