Esto se manifiesta por las altas tasas pasivas que tiene el mercado, y por los pocos créditos que se otorgan. El Banco Central, subió los encajes del 20% al 33%, retirando del mercado la friolera de $ 310.000 millones. Cada punto de suba de encaje representa unos $ 16.700 millones, en los últimos meses los encajes pasaron de $ 240.000 millones en marzo de 2018, a los actuales $ 550.000 millones.
Menos crédito para el sector privado, alta morosidad, más necesidad de pesos son una ecuación muy mala para un banco. Los créditos que otorgo los hizo a una tasa muy inferior a la que capta dinero en la actualidad. La tasa de plazo fijo se ubica en el 35% anual, para grandes montos supera el 40% anual.
Los títulos públicos están en los niveles históricos más bajos, los bancos no tienen un alto stock de dólares, y los costos crecen a pasos agigantados. En resumen, los bancos tampoco tienen la vaca atada en este escenario económico.
Lo que más preocupa es cierta ralentización en el crecimiento de los depósitos en $, y cierta caída de los depósitos en dólares. Esto trae consigo más problemas para la liquidez sistémica. Si a la corrida cambiaria, le sumamos problemas en los depósitos, el escenario se podría complicar.
El martes próximo vencen las lebac, el stock se ubica en los $ 548.332 millones, el monto a vencer se ubica en los $ 370.000 millones. Si el gobierno sigue con la lógica de los últimos vencimientos, no debería renovar $ 100.000 millones, eso buscara distintas opciones de inversión, pero los dólares, son los más buscados por los inversores.
Una inyección de liquidez en el mercado hará elevar al tipo de cambio, ya que encuentra a un Banco Central con pocas reservas, apenas suma U$S 51.000 millones.
Esta liquidez, tampoco solucionara la iliquidez del sistema, para que ello suceda el Banco Central debería bajar los encajes, sin embargo, no vemos que esta medida este disponible en este momento.
La economía real, con tasas de interés pasivas tan elevadas, activas prohibitivas, y sin disponibilidad de financiamiento, atraviesa una dura recesión, que será difícil de revertir en los meses que vienen.
El mercado espera una actualización salarial, para ver si dicho dinero llega al consumidor para pagar lo que adeuda en la tarjeta, o bien para generar una mayor demanda de productos. La inflación no cede, las empresas aprovechan para bajar stock, y la cadena de reposición está paralizada.
Los mercados financieros lucen con mayor entusiasmo. Los títulos públicos comenzaron a subir ante la posibilidad de un acuerdo con el FMI, que le permita al país recibir financiamiento por U$S 36.000 millones en los años 2018/19, y un adicional de U$S 15.000 millones.
El miércoles pasado el gobierno salió a buscar letes dolarizadas a 180 días, y no logro renovar la totalidad de vencimientos que vencían, pago una tasa exorbitante, el 7% anual en dólares.
Las acciones están por encima de la barrera de los 30.000 puntos, pero no hay un volumen considerable de fondos, es una suba sustentada en la falta de vendedores, más que en una llegada masiva de dinero del exterior. Muchos grupos de control están aprovechando para recomprar sus propias acciones, lo que denota que las acciones están a precios muy bajos.
El índice merval el 18 de enero de 2018 valía U$S 1.804,13 y el mínimo lo alcanzo el 30 de agosto cuando toco U$S 694,34, una baja de U$S 1.109,79, si el índice merval recuperaría la mitad de lo que perdió, para fin de año podría ubicarse en U$S 1.250. Si el dólar a fin de año termina en torno de $ 45,00, el merval podría terminar el año en $ 56.250 puntos.
Si el merval está cotizando en torno de los 30.000 puntos, tiene una suba potencial del 87,5%, si solo sí, el país logra el acuerdo con el FMI, se aprueba un razonable presupuesto nacional 2019, y el Banco Central termina de desarmar el stock de lebac sin grandes dificultades.
Financieramente, los bonos en dólares que rinden el 12% anual como el Bonar 2024, y el bono con descuento al año 2033 conocido como DICA nos parecen dos opciones muy buenas y atendibles para invertir de mediano plazo. Para los amantes de las acciones, nos parece que subirán mucho más que el dólar hasta fin de año. El dólar mayorista está en $ 39,00, y podría terminar el año en $ 45,00 lo que implicaría una suba del 15,4%, y para todo el año 2018 una suba del 140%.
Todos los caminos conducen a las acciones en los meses que restan hasta fin de año, hay que tener presente que el tercer viernes de octubre hay un vencimiento del mercado de futuros y opciones que puede generar un compás de espera en la suba. Hay que comenzar a comprar hoy, y esperar la suba de fin de año, que no solo llegara para argentina, sino también para las bolsas mundiales.
La economía real, seguirá muy recesiva, porque el gobierno no tiene reservas suficientes para liberar los pesos que los bancos tienen encajados, si lo hace la suba del dólar se podría potenciar, si no lo hace la tasa seguirá alta y la recesión continuara. Un típico problema de manta corta, te tapas el pecho y te destapas los pies, o viceversa. Vienen meses durísimos para la economía real, pero si lo financiero afloja, podemos pensar que el año 2019 no será tan difícil como muchos pregonan y pontifican.