Regionales

Vinos pampeanos: una invitación a brindar por el desarrollo de nuevas propuestas productivas

La vitivinicultura no para de crecer en la provincia. El Senasa monitorea la ausencia de plagas favoreciendo el crecimiento de esta nueva opción que genera trabajo y divisas al país.

Para muchos La Pampa ha sido un lugar de paso. “Paré ahí cuando pasé para el sur”, dicen al nombrarla. Hoy la provincia ha crecido significativamente, al calor de la generación de nuevas fuentes de trabajo y de propuestas innovadoras que invitan a quedarse y conocer más, como la degustación de sus vinos, en cuyo desarrollo el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) juega un rol importante.

Actualmente, existen 108 hectáreas implantadas en la zona de Casa de Piedra en 4 viñedos integrados por el Ente Provincial del Río Colorado y las empresas Catena Zapata y Bodega Familia Cassone. Sumados a los viñedos de Gobernador Duval y 25 de mayo, suman un total de 240 hectáreas en la provincia.

“La zona de Casa de Piedra presenta excelentes condiciones agroecológicas para la producción de uvas de alta calidad con mucho rendimiento. Esta es una combinación virtuosa que solo tienen algunos pocos terruños del país y del mundo”, explica Enzo Mugnani, ingeniero agrónomo-enólogo asesor de la Presidencia del Ente Provincial del Río Colorado.

Aquí el Senasa verifica la sanidad de la producción y la certifica para su traslado hacia las zonas en donde están las bodegas elaboradoras, asegurando la ausencia de plagas cuarentenarias. Los programas que desarrolla el Senasa en la zona son el Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos y el de Lobesia Botrana.

“Para nosotros como organismo sanitario, es esencial poder acompañar el desarrollo productivo de la provincia, brindado apoyo técnico y presencia en la zona”, afirmó Daniela Salazar, supervisora de Protección Vegetal del Centro Regional Pampeano.

También los protocolos fitosanitarios y el control que realiza el Organismo en sus barreras previene la introducción de material vegetal sin certificación sanitaria que pudiera ser un riesgo para la producción vitícola pampeana.

Con sello propio

El Ente Provincial del Río Colorado –dependiente del Ministerio de la Producción del Gobierno de La Pampa– administra, opera y facilita la infraestructura productiva en Casa de Piedra.

En el año 2010 implantó 10 variedades y desde ese momento realiza experiencias productivas y elabora sus vinos. Esto sirvió de base para atraer el interés de las empresas que instalaron sus viñedos en Casa de Piedra. La zona permite la producción de uvas de gran calidad con muy buena rentabilidad, debido a la posibilidad de obtener muchos kilos.

Sumado a ello, la provincia hizo una importante inversión en la distribución de agua presurizada, red eléctrica, parcelamiento, caminos y red de drenajes.

Las empresas interesadas en invertir reciben la información sobre el comportamiento de las distintas variedades y la evolución de los vinos, lo que sumado a las óptimas características productivas de la región explica el desarrollo alcanzado hasta el momento en Casa de Piedra.

Si bien la “variedad emblema” en la Argentina es el Malbec y por lo tanto es la más implantada en la zona debido a la alta demanda e interés productivo de la industria, también se produce: Cabernet Franc, Tannat, Petit Verdot. Bonarda, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Syrah, Pinot Noir, Merlot y Ancellotta.

Vino con todo

Las características ambientales beneficiosas, desde el punto de vista climático de la región son: temperatura –la zona registra un período libre de heladas óptimo que permite el normal desarrollo de todo el ciclo del viñedo sin daños por temperaturas bajo cero–, amplitud térmica –ronda los 22° centígrados durante el ciclo vegetativo. Es un factor fundamental en la acumulación de color y aromas en las uvas–, vientos –la permanente presencia de brisa o vientos leves y secos, y también moderados y algunos fuertes tiene varios beneficios vinculados a la calidad y sanidad del viñedo–, radiación solar –gran cantidad de días con sol debido a su condición de zona desértica y árida, característica que permite alcanzar un óptimo grado de madurez en viñedos con muy buena productividad–, aislamiento –el desierto funciona de excelente barrera natural contra el avance de plagas– y suelos poco fértiles y poco salinos –condiciones necesarias para producir uvas de alta calidad enológica–.

En relación a la sanidad, el ingeniero Mugnani indica que “las brisas y vientos secos permanentes generan un microclima con baja humedad ambiente y esto impide el desarrollo de dos de las más importantes enfermedades provocadas por hongos que tiene la viticultura argentina: Peronóspora o Mildew y Podredumbres (provocadas por hongos de los géneros Botritis, Alternaria, Aspergillus, Penicillum, Cladosporium, etcétera); enfermedades que no existen en Casa de Piedra”.

En cuanto a la calidad inducida por el efecto de los vientos refiere: “Lo más destacado es el desarrollo de una piel gruesa en las uvas transformándola en resistente a esta condición climática. Las pieles gruesas aportan mayor calidad”, agregó Mugani.

La Pampa avanza en su objetivo de crear un valle vitivinícola con prestigio, que tenga su propia Indicación Geográfica (IG) otorgada por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el estándar sanitario de zona libre de plagas cuarentenarias para ubicarlo al nivel de las mejoras zonas productivas de vid del mundo.