
La sarna ovina continúa siendo una de las principales amenazas sanitarias para la producción ganadera de la Patagonia. Causada por un ácaro que afecta principalmente en otoño e invierno, esta parasitosis genera prurito, caída de lana y lesiones cutáneas que afectan la calidad del animal y reducen su valor productivo.
Si bien Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego son consideradas libres de sarna ovina, otras zonas como Río Negro, Neuquén y algunos departamentos chubutenses siguen registrando casos esporádicos. Ante este escenario, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), junto con el INTA y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, coordina acciones con gobiernos provinciales y productores para mejorar la vigilancia, prevenir nuevos brotes y erradicar la enfermedad.
El contacto directo entre animales es la vía principal de transmisión, por eso se recomienda realizar revisaciones regulares en las majadas. Estas evaluaciones deben comenzar con la observación del ganado en el potrero o corral, sin intervenir en su comportamiento. En caso de detectar signos anormales como rascado excesivo o mordidas, se debe proceder a una inspección individual de los animales.

Una señal temprana es la aparición del “granito”, una vesícula característica que puede encontrarse al tacto en zonas húmedas de la lana. A medida que la enfermedad avanza, pueden observarse costras, piel acartonada y áreas despobladas de lana en zonas sensibles como las fosas nasales o los espacios interdigitales.
Entre las principales medidas preventivas se encuentra la cuarentena de animales nuevos durante al menos tres semanas antes de integrarlos a la majada general. Además, se sugiere realizar inspecciones dos veces al año, especialmente durante las concentraciones de animales por servicios reproductivos, señalada o vacunaciones.
El control también implica la desinfección de herramientas y maquinaria luego de la esquila, y el mantenimiento de los alambrados perimetrales para evitar el ingreso de animales potencialmente infectados. En caso de detectarse sarna ovina, el productor debe notificar de inmediato al Senasa, ya que la intervención temprana y el tratamiento integral de la majada son fundamentales.
Actualmente, el método más eficaz para eliminar la enfermedad es el baño por inmersión bajo supervisión veterinaria oficial, dado que los tratamientos inyectables no garantizan una eficacia total.
Senasa mantiene abiertas distintas vías de comunicación para recibir denuncias o consultas: atención presencial o telefónica en sus oficinas, mensaje de WhatsApp al (11) 5700 5704, correo electrónico a [email protected], o el formulario disponible en su sitio web oficial.
