El pasado 2 de julio en la Argentina se conmemoró el Día de la Agricultura Nacional para recordar la sanción, en 1948, de la Ley de Arrendamientos y Aparcerías Rurales, que posibilitó el acceso de muchos pequeños arrendatarios a la propiedad de la tierra.
Setenta años después de aquel hecho, la agricultura en Argentina se ha transformado en el paradigma del país porque es una de las actividades más importantes en la Argentina. El campo es una parte clave del desarrollo del país, tanto por su función social de generación de empleo y alimentos, como por su función económica de generación de valor agregado, recaudación y divisas.
Cereales, oleaginosas, frutas, verduras, pastura, forrajes, todos son cultivares sembrados por los agricultores en las más de 30 millones de hectáreas que se le dedican a la actividad a lo largo y a lo ancho en la Argentina.
El campo en números
“El campo es el motor de la economía”. Esta frase, que parece redundante por estos días, no es solo una frase hecha, sino que es una realidad. Y los números lo avalan.
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) realizó un trabajo que lo destaca con datos de la campaña 2016/17.
Considerando el total de empleo privado (registrado y no registrado), 1 de cada 6 puestos de trabajo se generaron desde las cadenas agroalimentarias. Esto implica 2,6 millones de puestos de trabajo, el 17% del empleo total nacional (privado).
Precisamente, del total de puestos generados, el sector primario es el mayor generador de empleo, abarcando el 47% del total; 26% lo genera el eslabón comercial, 15% la industrialización de las diferentes producciones primarias, siendo el restante 12% generado por el transporte. Y la agricultura extensiva genera el 37% del empleo, conformada por las cadenas de soja, maíz, trigo, girasol y otros granos.
Para poner en contexto, en esa campaña agrícola se habían producido 133 millones de toneladas. En el presente ciclo, 2018/19, se esperan 145 millones de toneladas, por lo que se espera que estos números crezcan positivamente.
Las economías regionales también son otro valuarte de la identidad argentina: vitivinicultura, frutas, hortalizas y legumbres. Estos sectores generaron el 30% de los puestos de trabajo, lo que remarca la importancia de estas actividades en el interior del país.
Asimismo, también el agro es partícipe de una parte importante del Producto Bruto Interno de la Argentina. Según Fada, en el año 2017, el PBI medido en precios corrientes alcanzó un valor de $10.555.846 millones (U$S 637.430 millones). Las cadenas agroalimentarias (se incluyen la ganadería, la cadena láctea, biocombustibles y maquinaria agrícola) aportaron el 9,53% del total del PBI, equivalente a $ 1.005.928 millones (USD 60.744 millones).
En esta línea es que la Red de Buenas Prácticas Agrícolas participó de Caminos y Sabores para concientizar al público urbano sobre el rol del campo en toda nuestra vida cotidiana.
La agricultura es una actividad fundamental para todos los argentinos y el crecimiento de nuestro país, y por ello debemos cuidarla. En esta edición, celebramos el día de la agricultura nacional comprendiendo a través de especialistas como utilizar las tecnologías disponibles, entre ellas los agroquímicos y fertilizantes, de forma adecuada para producir de forma sustentable