Agricultura

La agricultura pisa fuerte en la CMNUCC

El último día de noviembre inició a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), conocida como Conferencia de las partes (COP). En esta 28° edición, el hito más importante en cuanto a agricultura, fue la firma de la “Declaración sobre agricultura sostenible, sistemas...

El último día de noviembre inició a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), conocida como Conferencia de las partes (COP). En esta 28° edición, el hito más importante en cuanto a agricultura, fue la firma de la “Declaración sobre agricultura sostenible, sistemas alimentarios resilientes y acción climática”, impulsada por la Presidencia y suscrita por 152 países.

La declaración destaca que los gobiernos se comprometen a incluir la alimentación y la agricultura en sus planes nacionales contra el cambio climático y la salud del suelo se menciona explícitamente, por primera vez, en un documento firmado por los Estados. Si bien el texto no es jurídicamente vinculante, constituye un precedente que puede influir en futuras negociaciones climáticas.

AAPRESID tuvo una activa participación en diferentes ponencias y debates, llevando la voz del productor para posicionar la agricultura Argentina y de Sudamérica, como aliada estratégica en el desarrollo de modelos productivos capaces de contribuir a la seguridad alimentaria, la adaptación y mitigación al cambio climático.

Respecto a ediciones anteriores, la institución pudo ampliar las oportunidades de participación ya que obtuvo el nuevo estatus de Organismo Observador ante la Conferencia. Con este nuevo rol, no solo puede asistir como observador a las negociaciones oficiales, sino que también puede adherirse al grupo constituyente de productores, plataforma a través de la cual éstos intentan incidir en las negociaciones entre Estados, y proponer eventos en el programa oficial de la Cumbre.

“Desde Aapresid, asumimos el compromiso y la responsabilidad de participar en los foros globales más importantes, siendo representantes de la voz de los productores. Si queremos ser parte de las discusiones, tenemos que ocupar esos lugares. De otra manera, las decisiones se toman igual sin tener en cuenta nuestra perspectiva y es por eso tan importante estar presente”, afirmó Mailén Saluzzio, Gerente del Programa Internacional.

Sector agroalimentario: la oportunidad para Argentina

Desde Dubai, Marcelo Torres, Presidente de Aapresid, advirtió que “las negociaciones entre países en lo que respecta a sistemas alimentarios estuvieron ralentizadas. Sin embargo, hubo mayor avance en acuerdos entre privados y público-privados, esto es, entre asociaciones de productores, certificadoras, entidades de crédito, e incluso con algunas de las ONGs que históricamente han sido muy críticas del sector”. Y agregó: “esto último tiene que ver con una tendencia que se vio en esta COP -que a diferencia de las anteriores- ha cambiado la discusión de una mirada más “ideologizada” hacia una más racional, basada en la ciencia y en los datos reales”.

También analizó que esta unión también se refleja entre los productores del mundo, donde aquellos de los países europeos que fueron muy críticos de los modelos productivos sudamericanos, hoy son el blanco de los reclamos ‘anti-ciencia’ de su propia ciudadanía y buscan aliarse con otros productores para dar respuestas a esto.

En este marco, Argentina tiene una gran oportunidad para construir una agenda de largo plazo, apuntando a seguir bajando la huella ambiental y de carbono. “Si bien dependemos como siempre del corto plazo, con ciclo de aperturas y cierre de mercados, presión fiscal e inestabilidad económica, lo bueno es que tenemos gran parte del camino recorrido”, afirmó el directivo.

Agregó que, así como varios países de Sudamérica, “nuestros modelos productivos basados en siembra directa, diversificación y maximización de la fotosíntesis y una ganadería de pastizales, ya nos posicionan como líderes en una producción de baja huella de C”. Y añadió: “Sin embargo, hay inminente necesidad de generación de datos y protocolos unificados para medir emisiones y capturas basados en certezas y que hablen un mismo idioma. Para esto necesitamos de la ciencia y de organismos nacionales e internacionales -como venimos impulsando con IICA y la Confederación de Asociaciones Américas para una Agricultura Sustentable (CAAPAS)- para conformar alianzas y posicionarnos ante el mundo como bloque regional”.

Un gran paso es el hecho de que la agricultura de las Américas, a través de IICA, fue la única región del mundo con un pabellón dedicado exclusivamente a la temática por segundo año consecutivo. “En medio del ruido con que el resto del mundo debate cómo debería ser la agricultura, las Américas se unen para que no se nos impongan medidas”, advirtió Torres.

Las organizaciones de productores de países de las Américas, hicieron un llamado para que los indicadores de impacto ambiental que se aplican a la agricultura hemisférica tengan base científica y sean consensuados y protocolizados con los productores como parte fundamental del proceso. “No es posible construir sustentabilidad si no sumamos al productor en la discusión y búsqueda de soluciones”, dijo.

Alimentos carbono neutros: "¿quién paga el pato?"

Si algo se acordó efectivamente, es que ya no alcanza con conservar recursos, sino que hay que regenerarlos. Torres marcó que “hay que cerrar la brecha entre las ideas y los resultados. En un contexto donde cada día emerge un ‘nuevo’ concepto acerca de lo que significa producir de forma sustentable, todavía cuesta ponerse con el productor y traducir las ideas y lineamientos a prácticas concretas para el día a día”.

Así también agregó: “Es necesario generar incentivos para que los productores puedan aplicar y escalar prácticas mejoradoras. Hoy la industria y los exportadores exigen dar cuenta de su huella de carbono, sin mencionar que muchas de las plataformas fueron generadas en la otra punta de la cadena y del mundo -lo que hace que los datos cargados tengan poco que ver con la realidad local y las prácticas que aplica-. En este sentido, el productor no percibe nada del valor que genera bajando su huella de carbono.